La Declaración de Mérida: así se consiguió el compromiso de las administraciones públicas españolas con los derechos LGBTI

La Agencia Extremeña de Cooperación Internacional para el Desarrollo AEXCID) es, para la Fundación Triángulo, una de sus aliadas «más valiosas, ya que se lanzaron a la cooperación LGBTI cuando nadie más lo hacía en España». Desde 2007 hasta 2019, la colaboración entre la organización y el ente público se ha traducido en casi 600.000 euros de financiación para proyectos que trabajan por conseguir una igualdad real de derechos para las personas lesbianas, gais, bisexuales, transexuales en todo el mundo.

La historia de Triángulo y la AEXCID abarca más de una decena de actividades en las que intervinieron juntas. Una de las más recientes se inició el 4 de diciembre de 2017, terminó el 3 de junio de 2019 y recibió 88.000 euros de Ayuda Oficial al Desarrollo.

Este proyecto es particular porque, en general, la fundación enfoca su trabajo en acciones directas sobre titulares de derechos: las personas LGBTI en este caso. Sin embargo, la actividad abordó el trabajo sobre titulares de obligación: las administraciones públicas españolas con competencias en cooperación internacional. Triángulo quería aumentar su compromiso con los Derechos Humanos de las personas LGBTI. Se consiguió.

El proyecto volcó sus esfuerzos en poner en el centro del debate la cooperación LGBTI y la Declaración de Mérida, un manifiesto de nueve artículos en los que se promueve, como recoge el portal cooperacionlgbt.org, “el compromiso con el reconocimiento de los derechos de gais, lesbianas, bisexuales, transexuales e intersexuales como derechos humanos, así como la denuncia ante aquellos países que continúan criminalizando a estas poblaciones, instando a derogar toda normativa en este sentido, con especial énfasis en las penas de muerte y cárcel, y la prohibición del derecho de asociación de las personas LGBTI”.

La Declaración de Mérida se consensuó y aprobó en pleno durante el VI Congreso de Cooperación Inter-nacional y Derechos Humanos LGBT, que organizó Triángulo en colaboración con la AEXCID entre el 8 y el 11 de marzo de 2017. “Gracias al proyecto hasta la Agencia de Cooperación Exterior del Gobierno de España (AECID) ha firmado la Declaración de Mérida”, indica la fundación, ademásde obtener el compromiso en firme de Baleares, Asturias, País Vasco, Castilla la Mancha, Aragón, Valencia, Andalucía y Canarias.

Mejora del impacto

La Fundación Triángulo desarrolló un proyecto novedoso desde el que abordar la defensa de los derechos humanos de las personas LGBTI. En concreto, tenía por objeto «mejorar el impacto que los procesos de desarrollo tienen en las personas LGBTI de los países del sur geográfico, a través de las transversalización del enfoque de Diversidad Sexual y Diversidad de Género (como elementos esenciales inherentes al Enfoque de Género en Desarrollo) en las prioridades, programas y estrategias de los principales agentes de la cooperación española y europea», explica Triángulo.

Su estrategia para abordar a las y los actores clave en la toma de decisiones relativas a la cooperación se realizó desde tres enfoques: la sensibilización, la incidencia política y la formación y acompañamiento.

En primer lugar, creó contenidos específicos en una web especializada. En ella se colgó información teórica sobre qué es el Enfoque de Diversidad Sexual y de Género y su encaje con el Enfoque de Género en Desarrollo. También se subió material gráfico de sensibilización que permitiera a las administraciones públicas entender tres cuestiones: “El impacto que los procesos de desarrollo tienen en la población LGBTI de forma diferencial, en que se destinan los recursos de la cooperación LGBTI y los resultados de esa inversión en los procesos de reconocimiento y defensa de Derechos Humanos en países del sur geográfico”.

Fundación Triángulo trabajó para alcanzar relaciones sólidas y de confianza con las administraciones públicas para defender los derechos LGBTI

En segundo, mediante reuniones de coordinación, espacios de diálogo e intercambio específicos trabajó por conseguir incidencia política. El objeto de estas reuniones fue establecer “relaciones sólidas y de confianza con las administraciones públicas” que faciliten los procesos y los diálogos en torno a los objetivos del proyecto.

Por último, Fundación Triángulo generó materiales que faciliten la incorporación de enfoques de formación y acompañamiento en las administraciones públicas. Estos tres enfoques supusieron un cambio dentro de la cooperación LGBTI que, como señala la organización, es muy incipiente. “De momento solo la AEXCID la ha apoyado de manera sostenida durante los últimos seis años. En la actualidad es la única agencia que apoya esta cooperación de forma anual, gracias a este proyecto otras agencias de cooperación han empezado a financiar proyectos de cooperación LGBTI como AACID, Ayuntamiento de Sevilla, etc…”.

Vulneración de derechos

“En la actualidad hay 72 Estados que tienen vigentes diferentes leyes de criminalización de la homosexualidad, frente a solo 42 que disponen de legislación que garantiza la protección de Derechos Humanos de personas LGBTI, según el último informe de ILGAAsociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex. En inglés, International Lesbian, Gay, Bisexual, Trans and Intersex Association, de ahí las siglas.: Homofobia de Estado”, lamenta la Fundación Triángulo.

Esta vulneración de derechos, explica, “es transversal a todos los aspectos vivenciales de gais, lesbianas, bisexuales, trans e intersex”. Pueden manifestarse en leyes específicas, dificultades de acceso al sistema educativo, al mercado laboral, deterioro de las redes familiares de apoyo….

Existe una falta de representación en las estructuras de Estado del colectivo LGBTI

También en una falta de “representación y representatividad en las estructuras del Estado, peores condiciones de acceso a la riqueza, al pleno disfrute de los beneficios sociales, dificultades para la construcción de una familia propia, y un sinfín de etcéteras”, concreta la entidad, que considera que esta realidad hace “indispensable que desde los procesos de desarrollo se reflexione en todas sus fases sobre el impacto diferencial que dichos procesos tienen en las personas LGBTI”.

La organización sostiene que, al igual que hace años, los agentes de la cooperación al desarrollo tienen integrada “una mirada diferencial para el análisis del impacto de los procesos sobre hombre y mujeres”, pero defiende que es necesario seguir profundizando estos análisis “y hacer interseccionales esas variables que analizamos tradicionalmente en el enfoque de género, con variables relativas a la orientación sexual y la construcciones de identidades de género no normativas y no binarias”.

Fundación Triángulo sigue con su trabajo de forma activa. Quedan tareas por hacer: “Hay que continuar incidiendo en las administraciones públicas para que apoyen la cooperación LGBTI. Esto es esencial para garantizar el principio de no dejar a nadie atrás de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ya que la cooperación y el desarrollo llega con mayor dificultad a las personas LGBTI en el mundo”.

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