La necesaria visión feminista en la Cooperación extremeña

De Mary Wollstonecraft a Tawakkul Karman pasando por Simone de Beauvoir o Betty Friedan. Centenares de miles, de millones, de mujeres llevan luchando desde hace décadas, incluso siglos, por la igualdad de derechos entre mujeres y hombres, por la eliminación de la violencia contra la mujer y por la eliminación del pensamiento heteropatriarcal. En la actualidad, en pleno siglo XXI, se escucha y se lee a menudo que “a revolución será feminista o no será” y no es cierto. La revolución ya es feminista.

Un porcentaje de esta lucha por acabar con la discriminación hacia la mujer la realiza la agrupación de organizaciones extremeñas Feministas Cooperando, compuesta por la Fundación Mujeres, Malvaluna, Mujeres en Zona de Conflicto (MZC) y la Asociación de Derechos Humanos de Extremadura (ADHEX).

Desde 2016, Feministas Cooperando trabaja en integrar una visión feminista en el ámbito de la Cooperación de Extremadura. En concreto, su objetivo principal es el de “contribuir al fortalecimiento de la perspectiva feminista y la transversalización del enfoque de género en las estrategias y acciones de desarrollo que se diseñen e implementen en la región”, explican, apostando así por uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030: la igualdad de género.

Una labor que ha sido y es posible gracias a la financiación económica de la Agencia Extremeña de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AEXCID) a lo largo de estos años a este grupo de trabajo. Con datos oficiales hasta 2021, la AEXCID ha contribuido con unos 200.000€ (50.000€ en 2017, 74.998€ en 2020 y 74,450€ en 2021) a estos proyectos centrados en generar esos espacios de consulta, análisis y reflexión y esas recomendaciones construidas de forma colectiva que permitan incorporar a la cooperación extremeña una óptica de género.

La necesidad de alianzas feministas

Los inicios del proyecto -entre 2016 y 2017- consistieron en la propia construcción de un grupo de trabajo, en una alianza entre organizaciones, con el objetivo de abordar el fortalecimiento de la perspectiva de género en Extremadura. Y así hicieron. En esta ambiciosa primera fase tras la formación de la alianza, Feministas Cooperando comenzó a abrir procesos de consulta, de reflexión y de análisis sobre las principales cuestiones de interés para la cooperación extremeña desde una óptica feminista.

Así, se celebraron hasta cinco jornadas donde diferentes expertas en materias como la salud de las mujeres, la violencia de género o la educación para la ciudadanía global feminista desarrollaron, junto al resto de participantes, una serie de recomendaciones que permitieron poner en práctica diferentes espacios de reflexión -conversaciones sobre la movilidad humana feminista o el mapeo de buenas prácticas de género en el ámbito del desarrollo, por ejemplo-, pero que también tuvieron una relevancia fundamental en la segunda fase del proyecto.

Desafíos para afrontar la desigualdad

La segunda fase del proyecto, que transcurre entre 2017 y 2020, supone la consolidación, a nivel regional, de sus ideas y recomendaciones gracias al Plan General 2018-2021 de la AEXCID. En él se genera un espacio de trabajo centrado en el feminismo y las desigualdades.

Y gracias a este contexto, Feministas Cooperando publicó, en 2020, una guía sobre Igualdad de Género, Derechos Humanos y autonomías de las mujeres: recomendaciones para una Cooperación Extremeña con una perspectiva feminista, donde se exponen todas las claves que debería incorporar no solo la cooperación extremeña en perspectiva de género, sino las organizaciones de toda la región.

En dicha guía destacan que “las organizaciones de la región utilizan mayoritariamente un enfoque donde la mujer es el centro del desarrollo, pero no como protagonista activa y creadora, sino como receptora pasiva de los servicios que se promocionan”. Es decir, en la mayoría de ocasiones, las organizaciones “se limitan a determinar la cantidad de mujeres destinatarias de los proyectos, más que a incorporar de manera efectiva la perspectiva de igualdad de género”, añaden. Aún quedaba, y queda, camino por recorrer.

Hacia una ley feminista de Cooperación

En la última fase del proyecto, desarrollada entre mayo de 2021 y abril de 2022, se buscaba consolidar las ideas y recomendaciones desarrollados durante los años previos. Pero con la ambición por bandera: ya no se habla solo de la cooperación regional, sino de la internacional.

Juntas por la construcción y transformación de una cooperación feminista nacía así con el objetivo de seguir incentivando “que las políticas de cooperación internacional integren una mirada feminista y reconociendo que la discriminación que atraviesan cotidianamente las vidas y los cuerpos de las mujeres por el hecho de ser mujeres es uno de los mayores obstáculos para el desarrollo de las sociedades”.

A lo largo de esos doce meses se siguieron impulsando estrategias de posicionamiento feminista, se desarrollaron talleres -como el curso Propuestas feministas ante los nuevos modelos de desarrollo– y jornadas y campañas de sensibilización, como Luchas feministas en nuevos modelos de desarrollo: Una mirada al buen vivir o Luchando juntas por nuestros derechos. Más de 300 personas -249 mujeres y 71 hombres- acudieron a alguno de estos encuentros.

Ideas, reflexiones y recomendaciones sobre la autonomía de la mujer en la toma de decisiones, en el reparto del trabajo, en sus derechos sexuales y reproductivos y sobre su derecho a una vida libre de violencia quedaron reflejadas en un informe que, como el proyecto en sí, no podía dejar de ser ambicioso. Su finalidad es un anhelo no tan descabellado: una ley de Cooperación extremeña con una mirada feminista. Porque la Cooperación será feminista. O no será.

Créditos: El vídeo de portada es un resumen del último proyecto realizado (21SA002, bajo el nombre ‘Juntas por la construcción y transformación de una cooperación feminista’) y lo ha realizado la propia agrupación de Feministas Cooperando.

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