En busca de las personas desaparecidas por el conflicto armado en Colombia

Justicia es conocer la verdad. La desaparición de trece jóvenes en Bogotá (Colombia) entre marzo y septiembre de 1982 -la mayoría de ellos, estudiantes universitarios- se convirtió en uno de los primeros casos de desapariciones colectivas de la tragedia humanitaria que ha vivido Colombia durante décadas. Sin embargo, también dio lugar al nacimiento de Colectivo 82, donde las familias afectadas se unieron con el objetivo de encontrar la verdad. Con el objetivo de hacer justicia.

Cuatro décadas después, y tras el acuerdo de paz firmado entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (FARC-EP) en 2016, la labor de búsqueda de personas desaparecidas está en su momento clave gracias al nacimiento, a finales de 2018, de la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas (UBDP). Esta unidad, además de investigar desapariciones, también se encarga de atender, acompañar y apoyar a quienes buscan y no encuentran respuesta. Porque para entender la magnitud del problema hay que conocer sus cifras: casi 90.000 personas continúan desaparecidas.

Más de 350 organizaciones participan en estas labores de búsqueda en colaboración con la UBDP. Una de ellas es la Fundación Triángulo, que trabaja en las estrategias dentro del marco de los Planes Regionales de Búsqueda (PRB) en el centro y oriente del Cauca, una región ubicada en el suroeste del país donde nacen las cordilleras central y oriental de Colombia.

En 2021, la Fundación Triángulo contó con el apoyo de Agencia Extremeña de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AEXCID), que financió sus trabajos con 250.000€.

Ese año, las labores de la fundación en Colombia se centraron en “apoyar la generación de condiciones institucional y sociales que faciliten el desarrollo de acciones humanitarias y extrajudiciales de búsqueda”, explican desde la organización. Con esto también se buscaba cumplir con una de las metas -la 16- de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): garantizar el acceso público a la información y proteger las libertades fundamentales, de conformidad con las leyes nacionales y los acuerdos internacionales y, en este caso concreto, para la construcción de la paz y prevención y solución de conflictos.

Pedagogía, información e investigación

La coordinadora del citado proyecto de búsqueda de las personadas dadas por desaparecidas, Carolina Barbero, destaca “los resultados significativos” del mismo en tres distintos niveles: de participación, de recolección de información y de investigación.

Para el primer nivel, señala los “espacios de participación con instituciones y comunidades” que han permitido aumentar la participación de personas, organizaciones y pueblos étnicos en los procesos y, también, fortalecer la presencia de sus unidades de búsqueda.

Así, se celebraron 23 espacios de pedagogía con la participación de unas 285 personas. Muchas de ellas, familiares de desaparecidos. Porque la participación de los familiares en la búsqueda “está asociada a focalizar, priorizar y concentrar los esfuerzos en saber cuál fue la suerte y el paradero de las personas dadas por desaparecidas, independiente del delito que pudiera o no haberse cometido, el responsable del mismo o la condición de la víctima dentro del conflicto armado”, explican desde la Fundación Triángulo.

Para la recolección de información, Barbero hace hincapié en la importancia de “las reuniones con personas que pertenecieron a las extintas FARC. En concreto, con las columnas que se encontraban en el departamento del Cauca”. Se celebraron cuatro encuentros con documentadores, uno con la Columna Móvil Jacobo Arenas y otro con los frentes 60 y Octavo.

Por último, el equipo documentó hasta 50 casos de desaparición y diez lugares de interés forense dentro de la zona de implementación del Cauca. Igualmente, llevaron a cabo dos informes de hipótesis de localización de personas desaparecidas, llegando a localizar un cuerpo y con la esperanza de recuperar un segundo cuerpo antes de que terminase la ejecución del proyecto.

LGTBI en el marco del conflicto

Dentro del alcance del proyecto, la encomiable labor de la Fundación Triángulo en Colombia también incluye a la población LGTBI (lesbianas, gays, transexuales, bisexuales e intersexuales). Como explica Barbero, “se realizaron tres mesas técnicas para iniciar un proceso reflexivo de cómo hacer la búsqueda específica para el caso de estas comunidades”.

La igualdad de derechos políticos y sociales de esta población es un caballo de batalla de la fundación desde 1996, año de su nacimiento. En Colombia no iba a ser menos. Así, aparte de los trabajos junto a la UBDP, la Fundación Triángulo trabajó en un informe sobre la violencia hacia esta comunidad en el marco del conflicto armado junto a la ONG colombiana Caribe Afirmativo y la propia AEXCID.

El informe Aquí nadie pidió la guerra, publicado en 2021, abordaba los crímenes de lesa humanidad con las personas LGTBI que tuvieron lugar en la región del Cauca durante el conflicto. Entre otros aspectos destacables, se ponía de manifiesto “las dificultades de las víctimas para denunciar los crímenes cometidos por agentes del Estado, debido a la existencia de una impunidad estructural y a la legitimación social con la que contaron los actos de violencia perpetrados contra las personas LGBTI”, afirman desde la organización.

Una articulación sin precedentes de la cooperación descentralizada

La cooperación vasca, catalana y extremeña, vienen trabajando de manera coordinada desde hace unos años para que el acompañamiento que brindan al Sistema Integral de Paz en Colombia avance hacia una paz consolidada y con justicia social. Las Jornadas sobre Derechos Humanos o el encuentro con los máximos representantes del Sistema en Barcelona son solo dos muestras del articulado trabajo realizado por las tres comunidades autónomas.

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